"Día del nieto, para la abuela Zaira"
El segundo domingo de Mayo se festeja el día del nieto en Argentina, (es el 12 de mayo), quiero presentarles a mi amig@ Marcela Lafuente, ella escribe poesías, pero hoy les voy a dejar una narración donde demuestra lo que sentía, siente y sentirá por su abuela....
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Zaira
En la tierra también hay ángeles… a veces les decimos “Abuela”
Zaira era como la Oma, la protagonista de esa vieja y conocida canción folclórica.
Pero Zaira no vivía en un rancho del monte chaqueño, sino en otro bien parecido a ése, aquí, cerquita de Pehuajó…
También como la Oma, no era cualquier mujer: Zaira era mi abuela. Y yo crecí a la sombra de su mansedumbre, aprendiendo cosas muy sabias a veces y muy prácticas otras. Enseñanzas que sólo la vivencia de seres como nuestros abuelos inmigrantes nos pudieron transmitir.
El tiempo era nuestro aliado. Las tardes de verano, sentadas bajo la tupida sombra de algún paraíso o de un joven acacio “bola” eran el principio de un hilván de anécdotas que a mí me mantenían embelesada, y a mi mamá le daban tiempo y espacio para hacer sus quehaceres.
Así, una y otra vez, la escuché contar cómo había llegado “al Brasil” desde la pobre Italia en guerra, en “un barco muy grande lleno de gente”, cuando apenas tenía cinco años.
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Después venía “la aventura”: sus padres trabajaban en un cafetal en el medio de la selva. Ella y sus hermanos debían alcanzarles la comida… Entonces yo preguntaba: - Abuela, la uña que te falta del pie… cómo fue??
E invariablemente respondía: - Yendo a llevar la comida a nuestro padre, alguien nos dijo que había un león suelto. Caminábamos entre un espeso monte, de repente escuchamos un ruido y empezamos a correr despavoridos. Tropecé con un enorme tronco y chau uña.
- A ver, abuela, a ver…? - y se sacaba la vieja chocha y mostraba su dedo gordo sin uña.
En otras ocasiones, tal vez alguna tardecita fría y lluviosa, acomodadas en unas sillas bajas cerca de la cocina de leña; mientras mi padre regresaba del campo bajo un clásico “encerado”, montando su fiel tordillo y mi madre trajinaba en la cocina haciendo tortas fritas… mi abuela se ponía seria y contaba:
- Miserias eran las de antes! – La frase no era nada especial, pero sí lo que seguía: - Por aquella época, cuando éramos chicos, allá en el Brasil, la comida no abundaba. Sabés, nena, con un hueso con carne, varias familias hacían la sopa…
- Cómo? No entiendo – le indagaba incrédula.
- Claro, primero lo usaba una familia, se tomaban la sopa y le pasaban el hueso a otra, y así varias veces…
- Ahh…!!!
Zaira era chiquita y regordeta, de dulces ojos grises y pequeño rodete cano, dueña de una fabulosa memoria y un enorme corazón lleno de amor que latió con fuerza más allá de sus noventa y cinco años.
FIN.
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-Mención en cuento de La Pluma de Plata. Círculo de Escritores Pehuajenses – Octubre 2009
-Publicada en la Segunda Antología de Escritores Pehuajenses - 2009
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Zaira
En la tierra también hay ángeles… a veces les decimos “Abuela”
Zaira era como la Oma, la protagonista de esa vieja y conocida canción folclórica.
Pero Zaira no vivía en un rancho del monte chaqueño, sino en otro bien parecido a ése, aquí, cerquita de Pehuajó…
También como la Oma, no era cualquier mujer: Zaira era mi abuela. Y yo crecí a la sombra de su mansedumbre, aprendiendo cosas muy sabias a veces y muy prácticas otras. Enseñanzas que sólo la vivencia de seres como nuestros abuelos inmigrantes nos pudieron transmitir.
El tiempo era nuestro aliado. Las tardes de verano, sentadas bajo la tupida sombra de algún paraíso o de un joven acacio “bola” eran el principio de un hilván de anécdotas que a mí me mantenían embelesada, y a mi mamá le daban tiempo y espacio para hacer sus quehaceres.
Así, una y otra vez, la escuché contar cómo había llegado “al Brasil” desde la pobre Italia en guerra, en “un barco muy grande lleno de gente”, cuando apenas tenía cinco años.
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Después venía “la aventura”: sus padres trabajaban en un cafetal en el medio de la selva. Ella y sus hermanos debían alcanzarles la comida… Entonces yo preguntaba: - Abuela, la uña que te falta del pie… cómo fue??
E invariablemente respondía: - Yendo a llevar la comida a nuestro padre, alguien nos dijo que había un león suelto. Caminábamos entre un espeso monte, de repente escuchamos un ruido y empezamos a correr despavoridos. Tropecé con un enorme tronco y chau uña.
- A ver, abuela, a ver…? - y se sacaba la vieja chocha y mostraba su dedo gordo sin uña.
En otras ocasiones, tal vez alguna tardecita fría y lluviosa, acomodadas en unas sillas bajas cerca de la cocina de leña; mientras mi padre regresaba del campo bajo un clásico “encerado”, montando su fiel tordillo y mi madre trajinaba en la cocina haciendo tortas fritas… mi abuela se ponía seria y contaba:
- Miserias eran las de antes! – La frase no era nada especial, pero sí lo que seguía: - Por aquella época, cuando éramos chicos, allá en el Brasil, la comida no abundaba. Sabés, nena, con un hueso con carne, varias familias hacían la sopa…
- Cómo? No entiendo – le indagaba incrédula.
- Claro, primero lo usaba una familia, se tomaban la sopa y le pasaban el hueso a otra, y así varias veces…
- Ahh…!!!
Zaira era chiquita y regordeta, de dulces ojos grises y pequeño rodete cano, dueña de una fabulosa memoria y un enorme corazón lleno de amor que latió con fuerza más allá de sus noventa y cinco años.
FIN.
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-Mención en cuento de La Pluma de Plata. Círculo de Escritores Pehuajenses – Octubre 2009
-Publicada en la Segunda Antología de Escritores Pehuajenses - 2009
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Comentarios
se van atusando las primeras horas
de la incipiente alborada
Con peine de marfil
se van ondulando las últimas horas
del desolado crepúsculo
Con diademas de platino
se van embelleciendo las sienes
del notable fin de semana...
Con el perlado rocío
que estoy recibiendo
atentamente me despido...
...hasta el próximo mimo
que iré compartiendo.
María del Carmen
PD/No sabia de este día tan fantastico, ya lo podian celebrar aquí...
Los abuelos un pilar importante en nuestras vidas nuestras sangre y raíces...
Una historia amorosa tierna y emotiva contada con verdadera nostalgia y amor hacia una persona muy importante en la vida la abuela.
Mis felicitaciones por el post.
Besos de MA y gracias por tu bella huella amiga.
Muy bonita esta entrada que homenajea a las abuelas...
Besitos y salud
Con mi afecto para ti!
L a fantasía se va haciendo llegar
A taviada de amena evocación
G ranjeando atenta lo positivo
A trapando los sentimientos en ello,
T rinos y halagos se hacen sentir
A cariciando y dejándose acariciar
C ual paso de una fugaz cometa
O ndeando sus esperanzas al viento
Q uedamente pero sin pausa
U na estela de cariño va dejando
E ntretejida entre las rimas
T enaces en el empeño por crear
A mistades hiladas en armonía...
María del Carmen
Un beso y feliz semana!
yo no soy abuela, solo mamá, y el domingo en Chile como en muchas partes se celebró el día de la Madre
y si bien todas estas fechas conmemorativas son una claro mercadeo nada más, lo esencial que uno puede celebrar cualquier día lo que quiera:))
buena semana
Hermosos homenaje a la abuela
Cariños
Y si pueden colaborar con su difusión, mucho mejor aún.
Javier
Me ha encantado la bonita historia que nos narra tu amiga Marcela. No solo por la hermosura de sus semintimientos a su abuela si no por la narración verídica y compartida de tantos y tantos inmigrantes que viajaron para allá en esa época. Es increible lo valientes que eran, las ganas de vivir que, como así lo demuestra su abuela, le enseñan a su descendencia. Ahora presumimos de este logro o de aquel otro, pero en aquellos tiempos si que eran verdaderas cruzadas.
Dale mi más cariñosa felicitación a Marcela, por sus bellas palabras y por su "hermosa abuela".
Divina la canción de la Oma, nunca la había oido y me ha emocionado un montón.
Besos y cariños para tí.
Como siempre tu blog es uno de los mejores.
Te queremos
como tantas!
me alegro,que aun se recuerden las abuelas, y no tanta tecnología...las mias murieron...solo tengo un hijo,
y nada mas, familia corta,si las hay!
gracias Mirta,por invitarme,me produjo tantos pero tantos recuerdos!
un abrazo por compartir,gracias!
lidia-la escriba
Brisas y besos para las dos.
Malena
Y muchas gracias a todos por las felicitaciones...
http://masalladeloquevess.blogspot.com/
TE ESPERO.
UN ABRAZO!!
Un abrazo grande.
mar
Un abrazo y feliz miércoles.
Juan Antonio
Un beso.
Aquí en España no existe ese día, qué error! Que tomen ejemplo y también lo celebren.
Gracias por tu visita a mi blog. El tuyo, a pesar de su nombre, no es nada común: rezuma sensibilidad y buen criterio por los cuatro costados.
Te dejo un cordial saludo.
Lidia H.
Agradezco de corazón a cada uno de ustedes, por haber llegado hasta aquí y dejar sus huellas por estos caminos de la vida, sin sus palabras el blog no sería nada…
Pero en realidad lo que me hace feliz es que la narración de Marcela y su abuela Zaira los trasladara a sus recuerdos vivos en ustedes con sus abuelas…..
Hoy es un gran día para mí también.
Buena vida y un abrazo de oso.