"EL LINYERA"
Por estos lados del continente hemos tenido y tenemos personajes muy pintorescos como son los linyeras, palabra ITALIANA, más exactamente del piamontés "lingéra" algo así como una pandilla de vagos.
Nosotros los argentinos también los denominamos CROTOS, esta palabra tiene su origen en una resolución del año 1920 del gobernador de la Provincia de Buenos Aires, José Camilo CROTO, por la cual se dispuso que pudieran viajar gratuitamente en los vagones de carga de los trenes del ferrocarril Provincial los desocupados que iban a buscar trabajo a las cosechas.
Al principio la gente decía "ahí van los de Croto" lo que con el tiempo se transformó en " ahí van los crotos".
“BEPO” fue nuestro linyera mas conocido que anduvo unos 25 años de tren en tren, José Américo Ghezzi, nacido en Tandil en 1912, que militó en el anarquismo.
Hugo Nario escribió el libro "Bepo vida secreta de un linyera", de los manuscritos del mismo Bepo y que luego inspiró el film "Que vivan los crotos", dirigido por Ana Poliak, y fue protagonizada por el mismo Bepo.
Murió el 26 de febrero de 1999 en su pueblo natal.
Cuando era chica (hace muchísimooooooooooooo tiempo, jijijiji), teníamos muchas visitas hechas por estas personas y despertaban en mi mucha curiosidad, ellos venían pedían un poco de comida y se marchaban, aunque siempre eran invitados a dormir en “la matera” o en el galpón de los peones.
En pocas oportunidades pedían trabajo, jamás molestaron a nadie.
Les cuento una experiencia con “BEPO”, corría el año 1965 viviendo en PEDRO GAMEN, jugando con mi amigo “RAULITO”, entramos a una casa abandonada y tremendo susto que nos dimos, había un hombre con su ropa muy vieja, tranquilizándonos nos dijo _ “No se asusten, soy BEPO”.
A los años ya de grande supe quien era Bepo, pero en ese momento, salimos corriendo con mi amigo, cada cual a su casa, sin decir nada a nadie...........................
Conoces a otros??
Comentarios
Saludos.
NORBERTO, cuando era pequeña y vivía en el campo, en el medio de la nada, de tanto en tanto aparecía algún linyera a pedir changas o algo para comer y sin molestar a nadie seguían su camino, con lo puesto.
Ahora están en las ciudades, y tienen otros códigos.....
Saludos.
Una vez en Merlo, San Luis, fui a la biblioteca y tuve que asociarme para poder retirar un libro; la señora que atendìa, muy simpàtica y atenta, preguntò acerca de mi profesiòn, y al decirle -claramente- "viajero", sus cànones habituales le jugaron una mala pasada y quiso corregirme con un "ah, viajante...?".
Mirta, buenos caminos para tì y pura vida!
Juan Manuel
www.oniriciclos.blogspot.com
Abrazos.